Muchas veces experimentamos el miedo en nosotros mismos, en personas a nuestro alrededor o incluso sentimos el miedo que existe en una cultura o en una ciudad. Profesionales de la salud coinciden en afirmar que el miedo es una conducta en la cual hay ausencia de amor. Personalmente, asocio el amor con el cuidado de la vida, con una fuerza creadora y poderosa que une y vincula. Entendiendo la unión y la vinculación como una relación sana, de armonía y equilibrio que en ningún momento concibe la dominación o un apego inapropiado hacia un otro o hacia algo. En este sentido, el miedo podría ser entendido como el experimentar una desconexión o una desvinculación con la energía creadora del Universo, o con el experimentar un momento de caos o desorden en la vida. Un caos que siempre tiene el potencial de generar un nuevo orden.
Un Miedo Positivo
El miedo es positivo en la medida que seamos capaces de enfrentarlo para seguir adelante y no paralizarnos. Puesto que de lo contrario el miedo facilita o alimenta estados de ansiedad, de preocupación o angustia. Todo lo cual nos enferma física, mental y emocionalmente.
En este sentido, puede ser útil pensar en los cambios, los cuales están presentes a lo largo de nuestra vida. Muchas veces solemos vivir los cambios con miedo. Algunos ejemplos de cambios son las transiciones en la vida (ej: el salir del colegio y entrar a la universidad), los cambios de trabajo, de relación, cambios en nuestros ciclos de vida (pre-adolescencia, adolescencia, juventud, adultez, adultez mayor), cambios de residencia, de país, etc.
¿Cómo Manejar el Miedo?
• Eligiendo enfrentar y vivir aquello -situación, experiencia, etc.- que consideramos nos genera miedo
El enfrentar los miedos suele tener como ganancia la sensación de mayor seguridad o confianza en uno mismo. Este enfrentamiento puede facilitarse cuando logramos ser conscientes -darnos cuenta- sobre ¿qué hay detrás de ese miedo? Ej: el no querer vivir un cambio, el no ser suficientemente capaz de asumir una nueva responsabilidad o reto, el no querer ser herido, rechazado o abandonado en una relación, el evitar una posible equivocación o error, etc.
Muchas personas afirman sentir «un descanso», «un alivio» o «satisfacción personal» al haber enfrentado aquello que consideraban era causante de miedo. La sensación de mayor seguridad y confianza a través de haberlo enfrentado, alimenta nuestra autoestima, nos fortalece y asimismo -de una u otra forma- nos permiten experimentar tranquilidad, amor y bienestar.
• La Fuerza Interior
La fuerza interior que a mi modo de ver tiene su fuente en la espiritualidad, nos permite proveernos del valor necesario para movernos y no postergar el actuar. De esta manera la fuerza principal es encontrada en nuestro interior más que en el exterior y es el motor fundamental para enfrentar el miedo.
• Voluntad
Como seres humanos siempre tenemos la posibilidad u opción de decidir con libertad si queremos seguir conservando y por ende quedarnos con el miedo o queremos liberarnos de este.
• Sabiduría
Teniendo en cuenta las consecuencias o resultados que queremos obtener, podemos elegir inteligente y responsablemente, la manera o las maneras más apropiadas para enfrentar y manejar aquello que nos está causando malestar -miedo- y crear un nueva situación de mayor seguridad y bienestar en nuestras vidas.
• Coraje/Valor
Es necesario tener el suficiente coraje y valor para actuar y generar un cambio en la situación que es causante de miedo. Este coraje/valor es sólo posible experimentarlo a través de ser capaces de actuar. Es decir, el coraje o el valor están asociados a la acción, al acto de atreverse a actuar o de hacerlo. Teniendo esto en cuenta, en la medida que vayamos enfrentando nuestro miedo, nos iremos llenando de coraje y valor para seguir adelante.